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jueves, 14 de abril de 2011

Etapa Virreinal (1521 - 1821)




Conquista.

Los españoles llegaron al territorio que actualmente es el Distrito Federal por Itztapalapan, en julio de 1519. Allí los recibió Cuitláhuac, que a la postre fue tlatoani de Tenochtitlan. Posteriormente siguieron su camino por la calzada de Itztapalapan, que unía la ribera sur de Xochimilco con el islote de México. En lo que hoy es la esquina de las calles de Pino Suárez y República de El Salvador, en el Centro Histórico de México, se encontraron Moctezuma Xocoyotzin y las tropas de Hernán Cortés el 8 de noviembre de 1519. Moctezuma les dio alojamiento en el Palacio de Axayácatl, su padre difunto, en contra de los consejos de Cuitláhuac y Cacamatzin. seis días después, el tlatoani mexica fue preso por Cortés. Unos meses más tarde, en 1520, Pedro de Alvarado (en ausencia de Cortés, que partió a Zempoala a combatir a Pánfilo Narváez) orquestó la famosa matanza de Tóxcatl, donde arremetió contra los tenochcas que a la sazón se encontraban celebrando una festividad en honor de Tezcatlipoca.

Este hecho fue el punto por el cual los mexicas rompieron hostilidades contra los invasores europeos. A consecuencia de ello fue muerto el tlatoani Moctezuma, en compañía de Itzcuauhtzin, señor de México-Tlatelolco. La muerte de ambos señores ocurrió en mayo de 1520. Según las crónicas españolas, Moctezuma fue muerto de una pedrada propinada por el pueblo enardecido. Según las crónicas indígenas, los españoles fueron los asesinos del tlatoani.
En sustitución de Moctezuma, Cuitláhuac, señor de Itztapalapan, fue elegido tlatoani de Tenochtitlan. Encabezando la resistencia contra a ocupación española, derrotó a los invasores y sus aliados tlaxcaltecas y zempoaltecas el 30 de junio de 1520, aunque no de manera contundente. Por aquella época también tuvo lugar una desastrosa epidemia de viruela, que se cobró miles de vidas, entre ellas, la de Cuitláhuac. Como sustituto de Cuitláhuac fue elegido Cuauhtémoc.
Los españoles se dirigieron al valle de Puebla-Tlaxacala para reponerse de la derrota. Allí se planeó la fase final de la conquista militar. Fueron construidos 13 berganitines con los que atacar a Tenochtitlan por el lago. Las poblaciones del sureste de la cuenca fueron arrasadas. Los españoles destruyeron el albarradón de Nezahualcóyotl y el acueducto de Chapultepec. El 30 de junio de 1521 arrasaron Tlatelolco. En julio, fue derrotado Coanácoch, señor de Texcoco. Finalmente, Cuauhtémoc se rindió el 13 de agosto de 1521.


La Colonia

Puesto que la ciudad de Tenochtitlán había quedado en un estado lastimoso, Cortés decidió establecer el gobierno español en la población de Coyoacán, al sur del lago de Texcoco. Desde allí gobernó con el título de Capitán General y Justicia Mayor y estableció el primer cabildo y ayuntamiento de América. Desde Coyoacán partieron las expediciones de conquista con el propósito de someter a los pueblos indígenas de los diversos rumbos de lo que sería el virreinato de Nueva España. En 1528 fue establecida la Primera Audiencia de México, encabezada por Nuño de Guzmán. En 1535 se creó el virreinato de Nueva España, siendo su primer virrey Antonio de Mendoza.
La Ciudad de México fue dividida en barrios (que se asentaron sobre las estructuras territoriales de los calpullitin mexicas). Las tierras situadas alrededor del lago fueron divididas en encomiendas, que luego se transformaron en ayuntamientos. Los pueblos de indios estaban situados originalmente en las orillas de las ciudades españolas, aunque con el paso del tiempo los límites fueron cada vez menos claros y los indios llegaron a vivir en los pueblos españoles, casi siempre por razones de trabajo. Al mismo tiempo que se fundaron diversas instituciones políticas en los nuevos dominios españoles, también tuvo lugar un proceso de aculturación de los naturales. Hubo una intensa campaña de latinización de los indios, encabezada primero por los franciscanos, que establecieron instituciones como el Colegio de Indios de Santiago de Tlatelolco. En ellos, los nobles indígenas aprendieron el latín, la doctrina de la iglesia y numerosas artes y oficios.
Durante la época colonial, la Ciudad de México se llenó de suntuosas construcciones, ya fuera para el culto religioso, como edificios destinados a la administración, o bien, residencias de la élite criolla y peninsular. En contraste, la mayor parte de la población, indígena, vivía en la miseria en los barrios de la periferia y los pueblos ribereños o montañeses. Mientras el centro de la ciudad era objeto de constantes hermoseamientos (como las remodelaciones del Zócalo, o la pavimentación de las calles, a costa de los viejos canales); en las orillas la gente vivía en casas de bahareque asentadas sobre cenagales.
La ciudad virreinal fue objeto de varias inundaciones (1555, 1580, 1607, 1629, 1707, 1714, 1806), resultado de la destrucción de los diques que la protegían durante el sitio de Tenochtitlán, de las cuales la mayor fue la de 1629. El 22 de septiembre de ese año, luego de 36 horas de lluvia, la ciudad amaneció anegada. Este hecho que llevó a tomar la decisión de desecar el sistema lacustre de la cuenca, por medio de la construcción de un canal y un tajo para dar salida a la cuenca por el río Tula.



Independencia

Tras la ocupación francesa en España, el ayuntamiento de la ciudad de México se declaró simpatizante de la independencia de Nueva España. Las posiciones de los miembros del cabildo iban desde los muy moderados, que consideraban la separación debía ser temporal, hasta los más radicales como Francisco Primo de Verdad y Melchor de Talamantes, quienes pensaban que la independencia debía ser definitiva. La Junta de México contaba con el apoyo del virrey José de Iturrigaray. Sin embargo, un movimiento reaccionario puso presos a los miembros del ayuntamiento el 15 de septiembre de 1808 y consiguió la destitución del virrey. El licenciado Verdad fue asesinado el 4 de octubre de ese año, y Talamantes fue enviado a la prisión de San Juan de Ulúa.
Tras el inicio de la revolución independentista en Dolores, Guanajuato, el objetivo de las tropas insurgentes era la captura de la capital. Sus caminos los llevaron a las inmediaciones de la ciudad. Hidalgo y su ejército llegaron a Cuajimalpa poco tiempo después de proclamar la independencia en Dolores. Derrotaron a los realistas en la batalla del Monte de las Cruces, y a pesar de ello, los insurgentes decidieron volver al Bajío sin tomar la capital.
A partir de entonces, el valle de México no volvió a ser objetivo militar de los independentistas, y se había convertido en la plaza fuerte del ejército realista. Hacia 1820, cuando la revolución popular estaba casi extinguida, la Ciudad de México fue la sede de nuevos movimientos contra el gobierno virreinal. Esta vez, los conspiradores eran los mismos que habían logrado la destitución de Iturrigaray, que tras la aprobación de la Constitución de Cádiz vieron amenazados sus privilegios. Entre ellos estaba Agustín de Iturbide, quien selló un pacto con Vicente Guerrero (jefe de la insurgencia en el sur de México) y luego obligó a Juan O'Donojú a firmar el Acta de Independencia de México. El Ejército Trigarante entró triunfante a la Ciudad de México el 27 de septiembre de 1821.

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